Friday, March 16, 2012

¿Fue Jesús alegre?

La alegría es algo que me maravilla y no deja de asombrarme. Me refiero, claro, a la alegría verdadera. ¡Cuánto quisiera escribir sobre ella!

Cristo Jesús fue un hombre alegre. No que en su vida no hubiera sufrimiento y profundo dolor, bien lo sabemos todos. Podemos decir que fue un hombre profundamente feliz y la felicidad honda se expresa privilegiadamente en la alegría.

Pero no siempre vemos con facilidad la alegría que hubo en torno a la vida de Jesús y, sobre todo, su propia alegría. Algo habremos de responsabilizar al arte cristiano que a lo largo de la historia no ha priorizado esta característica del Señor. A favor de los artistas diremos que los Evangelios no son muy expresivos en hablar de la alegría de Cristo como de otros aspectos de su vida.

Sin embargo, si sabemos buscar y afinamos la mirada podemos descubrir la alegría de Jesús. Quizás otros nos contarán de ella. Hay alegrías ocultas que sólo las sabemos por el testimonio de terceros. Como, por ejemplo, cuando Isabel contó del salto de alegría del pequeño Juan que llevaba en su seno al oír el saludo de María. Como toda mamá, ella conocía muy bien las pataditas y golpes del regalo que llevaba dentro de sí. Esta vez, gracias a esa íntima unión que hay entre una madre y su hijo, ella supo que el salto de Juan fue de alegría, pura alegría. Este gozo hubiera pasado desapercibido si ella no lo contaba. Por eso buscaremos quién nos cuente de la alegría del Señor, además, claro está, de Él mismo.

El gran acontecimiento de Cristo es un destello de alegría que no se agota nunca. Un destello por definición sorprende, asombra con su luz brillante e instantánea antes de agotarse. Pero, quizás haciendo mal uso del lenguaje, éste es un destello inagotable de alegría porque sigue sorprendiendo, asombrando y maravillando a quienes logran verlo.

El Señor Jesús irrumpe en la historia irradiando una alegría potente: «¡Alégrate!» Es la primera palabra del Ángel anunciando a María el Plan de Dios; luego el Precursor salta de alegría en el vientre de su madre; inmediatamente la Virgen de la Alegría canta proclamando el regocijo que experimenta en su interior en el Magnificat; y en la misma noche del nacimiento del Niño Jesús los Ángeles anunciaban «¡una gran alegría!» bajo la estrella brillante en el firmamento.

No cabe duda de que la alegría de la Buena Noticia fue el mensaje extraordinario en el amanecer de la vida entre nosotros del Señor Jesús.

Seguiremos tras los pasos de la alegría de Jesús para que, quienes queremos seguir en pos de Él, podamos hacerla nuestra también, aún en medio de las dificultades o quizás el dolor que hay en nuestra vida cotidiana.

1 comment:

  1. Yo tambien creo que Jesus fue una persona super alegre pero no sabia que se podia saber algo mas sobre eso asi que seguiré tu blog a ver si me entero! :)

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